miércoles, 15 de febrero de 2017

MARIA LARSSONS EVIGE OJEBLIK (Los momentos eternos de Maria Larsson), de Jan Troell




El veterano realizador sueco quería rendir homenaje a la abuela de su esposa (quien tuviera el honor de ser la primera fotógrafa de Suecia), contándonos su biografía entre unos pocos años antes y otros pocos después (hasta su muerte) en torno a la Gran Guerra, un dramático hecho que toma relativa importancia en el argumento… como la mayoría de los temas que aparecen en el filme (las distintas formas de agrupaciones obreras, el machismo, etc.), ya que no hay un tema más allá del de la buena señora protagonista que parezca interesar a Troell. Y es que el filme se convierte en un álbum vital que, como las fotografías tomadas durante las vacaciones, sólo hace gracia a sus protagonistas. Fuimos muchos los espectadores que no acabamos de entrar del todo en la historia, pues es el realizador quien atrapa para sí toda la empatía de los personajes por formar parte de sus propios intereses sentimentales, y la película se torna en un desarrollo plano, unidimensional, intranscendente en la mayoría de las ocasiones, sin profundidad, el periplo anecdótico de una mujer y los sufrimientos que ella y sus hijos tienen que padecer a manos de un padre alcohólico y violento. Éste es el típico ejemplo de película de jubilado sueco (que no se llame Bergman, por supuesto). El tiempo de reconocer la sensibilidad y el lirismo a estos niveles en el cine coetáneo, con todos mis respetos, ya pasó.

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