Desde luego (pidiendo perdón por adelantado)
con esta película el realizador no dejará de ser conocido por «el hermano de
Aki Kaurismáki», pues la realización es tan impersonal (lo que es lo mismo que
decir falta del estilo que su hermano hace tiempo que encontró) y la historia
está tan vista (durante una noche tres amigos que se reencuentran con el paso
de los años conversan y salen a relucir sus miserias) que ni siquiera el título
de la película (desconocemos si es una traducción literal del finés original)
parece tener ni gracia, ni sentido, ni ironía alguna. De personajes con
historias ocultas que tienen cosas que echarse a la cara y que al final se
acaban por reconciliar está la Historia del cine a rebosar. Quizás lo más
original de la propuesta sea que esta película se rodó en un breve espacio de
tiempo (cinco días) y que prácticamente no hubo guión previo, por lo que el
peso del rodaje lo llevaron los actores y sus improvisados diálogos. Conociendo
este dato la película se ve de otra manera. Desconociéndolo, no se aprecia de
manera alguna en el producto final, por lo que acaba por significar una
anécdota más.
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